miércoles, 21 de agosto de 2013

¿Podemos diseñar una sociedad sostenible?

Los que sigáis el blog de Hablando de Ciencia conoceréis la sección "Pregunta a HdC", donde los redactores tratamos de contestar las preguntas de nuestros lectores. Os dejo aquí mi respuesta a una de ellas. 

¿Podemos diseñar una sociedad realmente sostenible? 

Más nos vale, porque lo contrario, una sociedad no sostenible, por definición está destinada a colapsar tarde o temprano. Es totalmente imprescindible para la perdurabilidad de nuestra especie encontrar un modelo social que sea sostenible, esto es, que no termine por agotar los recursos naturales de los que dependen nuestras vidas. Esto sólo se puede conseguir logrando que la explotación de estos sea lo bastante baja como para permitir su renovación a medida que los consumimos. Un ejemplo de explotación sostenible sería el caso de un bosque del que extraemos madera y otros recursos, pero nunca a un ritmo mayor del que necesita el bosque para regenerarse. Para lograr una sociedad sostenible, esta forma de hacer las cosas debería extenderse a todos los ámbitos de la economía. 

La sobrepesca puede conllevar un agotamiento definitivo de las especies de peces que usamos para alimentarnos.


La consecución de la sostenibilidad requeriría de una sociedad como la nuestra cambios en muchos aspectos. El crecimiento económico, en los términos en los que se produce en la actualidad, va aparejado a un creciente consumo de recursos naturales, lo cual es necesariamente insostenible por ser unos no renovables, y otros renovables pero limitados. Para alcanzar la sostenibilidad, las sociedades deberán cesar el incremento del consumo material. Dado que este parece ser considerado el camino a seguir en la actualidad por la mayoría de poderes políticos y económicos, lamentablemente parece muy difícil esperar que en el corto plazo se produzca un cambio de mentalidad generalizado. 

En cuanto al imprescindible freno del crecimiento poblacional, existen únicamente dos mecanismos: aumentar la tasa de mortalidad o disminuir la tasa de natalidad. Por supuesto, el primero es indeseable; de hecho la medicina lucha precisamente por alargar la esperanza de vida y así debe seguir. No queda pues otra opción que la segunda, la reducción de natalidad. Alguien podría temer que esto sólo pueda ser logrado mediante la adopción de medidas autoritarias y represivas, sin embargo la realidad es que se ha observado que cuando una sociedad alcanza cierto grado de bienestar la natalidad suele caer sin necesidad de leyes excepcionales. Que esto ocurra estará condicionado a una serie de circunstancias, como que los niños deban ser obligatoriamente escolarizados y ya no pueden ser usados como mano de obra, la mujer logre ciertos niveles de emancipación, y las familias tengan acceso a métodos anticonceptivos que les permiten llevar a cabo una planificación familiar. En definitiva, la sostenibilidad requiere no sólo de una mejor administración de los recursos naturales, sino también conlleva la necesidad de erradicar la pobreza y disminuir las desigualdades



La población mundial crece a destajo y la mayor tasa de crecimiento demográfico se observa en los países pobres.


Este necesario cese del crecimiento que podríamos llamar “material” no implica el fin del desarrollo humano. Puede ir acompañado (de hecho probablemente sea necesario) de un nuevo modelo de desarrollo “del conocimiento”. Aunque no consumamos más energía, agua o territorio, sí podemos seguir incrementando nuestro conocimiento científico, mejorando nuestra tecnología y enriqueciendo nuestro acervo cultural

En definitiva, alcanzar la sostenibilidad requiere de la combinación de dos tipos de soluciones: técnicas, por un lado, donde la Ciencia nos proporcionará el conocimiento y la tecnología necesarios para explotar los recursos del planeta de un modo sostenible; y políticas por otro lado, que pongan fin al modelo de crecimiento económico imperante hoy en día y que se ocupen del fin definitivo de la pobreza. Sin duda no es algo imposible, pero al ser algo que requiere de un cambio de mentalidad global ciertamente resulta complicado; sin embargo, en última instancia, que lo consigamos será una cuestión de voluntad.

2 comentarios:

Oscar Herrera – Marketing con Redes Sociales dijo...

Es un buen comienzo cuidar los recursos naturales como el agua, el combustible (gas, gasolina, diésel ,petróleo), la energía, y aplicar la regla de las tres erres, reciclar, rehusar y sobre todo reducir. De esta forma tendremos por mas tiempo los recursos.

peluche dijo...

Ojala podamos darnos cuenta de quienes somos, dónde vivimos y con mucha cooperación y dialogo ajustar nuestro consumo a lo que la tierra pueda producir. Aunque hay paises muy afortunados, todos estamos en el mismo barco